Varias personas pensarían que sólo las patatas fritas o a la francesa son las que influyen en el aumento de peso, sin embargo, recientes investigaciones han demostrado que este tubérculo genera ese efecto, sin importar su preparación.
La razón de esto es porque las patatas tienen un alto índice glucémico, ¿qué significa? Que tienen muchos carbohidratos que se digieren rápidamente, haciendo que los niveles de azúcar en la sangre suban y bajen súbitamente, lo cual provoca que tengamos hambre más pronto. Incluso se calcula que una taza de patatas equivale a la cantidad de azúcar que consumimos de una lata de refresco.
En un estudio hecho por la Escuela de Salud Pública de Harvard a más de 120,000 hombres y mujeres, se encontró que quienes incrementaron su ingesta de patatas (fritas, horneadas o en puré) ganaron más kilos que los participantes que disminuyeron la ingesta su ingesta o que añadieron más vegetales a su dieta.
Además, en otra investigación se observó que las mujeres que aumentaron su consumo de patatas tenían mayores posibilidades de desarrollar diabetes, a diferencia de las que comían granos enteros.
Así que si estás tratando de perder peso, te recomendamos sustituir tus guarniciones de patatas por granos enteros como arroz integral, quinoa o frijoles.
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